Cuando un escritor novel comienza una novela hay un detalle importante que suele pasar por alto y termina siendo un error: no crear fichas de personajes literarios.
Según la novela avanza en sus capítulos, de repente el escritor empieza a dudar sobre detalles de sus personajes, o directamente olvida que el protagonista era indeciso al hablar con su madre, o de pelo castaño, o incluso cuántos años tenía exactamente. A no ser que tengas una memoria increíble, es una buena idea que comiences a montar tus fichas de personajes ya.
Hasta qué punto desarrollar las fichas de personajes
Antes que nada aclaremos esto. La ficha de personaje debe tener la cantidad de detalles que tú estimes oportuno. Por dos razones:
- Depende del tipo de novela y el estilo narrativo que tengas. Puede ser que sea extremadamente descriptivo y entonces será útil tener cuantos más datos almacenados en la ficha mejor.
- Dependerá de las prioridades que necesite tu historia y estilo: tendrás que guardar más o menos detalles acerca de la personalidad, o descripción física dependiendo de lo que tu novela precise.

Define los grupos de personajes literarios
Según la relevancia y el número de apariciones que tengan los personajes, necesitarás diferentes grandes grupos. El primero de ellos debe ser el de los protagonistas, donde las descripciones deben ser más detalladas y complejas. No es necesario decir que se trata de las fichas más importantes y las que más consultarás a lo largo del proceso de creación de tu novela.
El segundo será para los personajes de acción, aquellos que no son protagonistas pero que necesitan una personalidad y detalle descriptivo necesario ya sea por el número de veces que será necesario referenciarlos o porque realmente tenga suficiente relevancia por la propia historia. Serían personajes secundarios.
Y finalmente aquellos que tienen poca relevancia. Aunque aparezcan esporádicamente o puntualmente, es bueno tener reflejado de forma sencilla sus rasgos principales, detalles que han aparecido ya en capítulos anteriores y las relaciones con otros personajes. Así evitaremos errores de coordinación futuros.
Elementos que puedes incluir en la ficha de personajes literarios
Información básica
Este es el más importante porque es fácil que recurras a este apartado constantemente. Se trata de una especie de resumen general con lo más relevante. Aquí debes guardar la información que estimes más relevante, desde la descripción básica de su físico, como el resumen de estilo, personalidad y características principales del individuo.
Aspecto
Incluye aquí todos los detalles que creas importantes, puede ser que a lo largo de la narración necesites hacer referencia a cómo se toca el pelo, de qué color es su piel, cuánto mide, etc. Por ello, si haces un resumen sencillo y claro aquí, tendrás bien definido cualquier detalle y no cometerás el error de mencionar que era de pelo castaño y más adelante hacer referencia a cómo el sol bañaba su melena rojo fuego.
En el aspecto, además de describir físicamente los detalles del personaje, puedes también adentrarte en otras características como los gestos que suele hacer, si tiene algún defecto, problema físico como cojera, tal vez un ojo vago. También los dejes lingüísticos, el acento que tiene, e incluso el estilo al hablar, la jerga, la riqueza léxica o si es mal hablado, por ejemplo.
Su papel en la historia de la narración
Indica para cada personaje cuál es su papel, su misión, sus objetivos. Un breve resumen de lo que le ocurre durante la historia, cuál es su arco, cómo se enfrenta a él y qué transformaciones sufre.
Esta puede ser una sección que necesites modificar más adelante, tendrás que ser flexible porque muchas veces la historia te pide ciertos cambios en los propios personajes, por ello es importante que vayas reflejando aquí cualquier actualización.
Su historia y trasfondo
Desribe, para aquellos personajes que lo requieran, de dónde viene ese personaje. A veces detallar aspectos de su vida que ni aparecerán en la propia novela, te ayuda a ti a entender su psicología y transmitir mejor su forma de ver el mundo, sus expresiones e incluso las decisiones que tomará.
Dedica un tiempo a describir quiénes eran sus padres, si vivió en la pobreza cuando era niño, si viajó mucho, si fue un refugiado, etc. Crea un personaje completo, especialmente para los protagonistas. Así todo tendrá más sentido y el lector podrá percibir que realmente había un trabajo de psicología y un fondo rico en su creación.
Personalidad y objetivos
Obviamente, detalla bien qué personalidad tiene, teniendo en cuenta todo lo anterior. Por ejemplo, si el personaje tiene un grave defecto en la cara, tal vez convenga que tenga cierta timidez, que busque expresarse de manera concisa, o que normalmente tienda a vestir colores oscuros que no llamen la atención.
Y los objetivos son esenciales. A todas las personas nos mueve algo. A ti por ejemplo, te mueve tu pasión por escribir a leer estas líneas. ¿Qué es lo que mueve a tu personaje a enfrentarse a la trama de tu historia? ¿Qué le mueve a convertirse en el héroe o el villano de tu narrativa? Establece sus motivaciones, que al igual que su personalidad deben estar acordes a los puntos anteriormente descritos.
Si construyes bien todas las partes de las fichas de personajes literarios, crearás individuos realistas y creíbles que aportarán a tu historia el trasfondo y seriedad necesarios para hacerla sólida e impactante. Y recuerda conectar bien todo dentro de la escaleta de contenido de tu novela.