De palabras se componen los maravillosos libros que leemos. De palabras se componen nuestros recuerdos, y con palabras expresamos nuestros pensamientos, anhelos y sentimientos. La palabra es el germen de la sociedad humana. Y por ello, estudiar su origen nos resulta tan inspirador y fascinante.
La etimología de utopía nos regala el conocimiento que hay detrás de ese concepto. Y no es una palabra creada de forma azarosa o desentendida, si no que más bien ha tenido un proceso de creatividad y pensamiento lógico, es un término que encierra en sí su propio significado.
Utopía en la historia de la humanidad
Las utopías nos han acompañado probablemente desde que el ser humano tiene capacidad de pensar y concepción de su propia existencia. La utopía en su definición más básica no es más que el propio deseo del ser humano de alcanzar un estado perfecto, equilibrado y sostenible en todos los sentidos. Por ello, la Biblia comienza precisamente con una utopía. En el Génesis, tras la creación del hombre se describe el lugar en el que vivía. Un remanso de paz en el que la naturaleza estaba al servicio del hombre, y Adán y Eva eran felices, gozaban de la presencia de su creador y de todos los bienes puestos a su alcance, sin necesidad de trabajar, sin dolor, sin pena: utopía.
Sin embargo, la historia del Génesis pervivió durante siglos y siglos sin que existiera aún la palabra ‘Utopía‘.
La creación del término ‘Utopía’
Utopía es una palabra inventada por Tomás Moro para nombrar la isla imaginaria de su novela «Del mejor de los estados posibles y de la isla Utopía«. Es una creación de Moro en la que aparecen tres partes que se complementan. Se trata de las palabras griegas «ou» que significa negación. «Topos» que hace referencia a lugar, ubicación. Y el sufijo «-ía» que sirve para convertir la palabra en un abstracto femenino de cualidad, como ocurre con otras palabras como astronomía, analogía o alegoría.
Así pues, utopía en su origen etimológico viene que decir que es un lugar y no lugar, o un lugar que no existe, que se niega a sí mismo. Su negación alberga una enorme poesía, ya que las utopías son un ‘no lugar’ por inalcanzables o porque se encuentran en el imaginario del ser humano, o porque simplemente son futuras y por ello no tienen lugar en la actualidad. Sea como fuere son negadas al ser humano, y por ello si lees una Utopía, como el caso del libro de Tomás Moro, podrás conocer cómo el ser humano sueña con ella pero no logra tocarla en la realidad.
Porque la utopía, como la perfección, el infinito y la justicia, son términos creados por el ser humano que expresan perfectamente un concepto que al mismo tiempo es inalcanzable.
Última modificación: 10 de abril de 2023