Una novela distópica es aquella que representa un mundo o sociedad en el que una variable modifica el curso de la humanidad, generando un mundo contrario a lo que estimamos por utopía, es decir, indeseable. Esa variable de la que hablamos puede ser de tipo histórico, un gobierno totalitario, de tipo tecnológico, una guerra, o cualquier suceso que genera una deshumanización o modifica la ética y moral de las personas. Se trata de trabajos profundamente sociológicos. Las distopías y las utopías caminan con tan solo una fina línea que las separa, las hay claramente distópicas y las hay realmente utópicas. Pero también podemos encontrar utopías que se convierten en auténticas pesadillas y viceversa.
¿Qué es distópico? (o antiutópico)
Una distopía es una representación ficticia de una sociedad, normalmente del futuro, que ha desarrollado ciertas características indeseables. No se refiere tanto a la destrucción física del entorno que tendría más conexión con el apocalipsis o post-apocalipsis, si no con la propia sociedad en sí, que por un gobierno totalitario, un desencadenante bélico, natural u otra variable las personas pierden su humanidad. Es en definitiva lo contrario a una utopía. Una utopía es una sociedad ideal, una distopía es, sin embargo, una sociedad negativa.
¿Qué es utópico?
Hablamos de ficción utópica cuando la sociedad imaginada representa un estado futuro en el que la humanidad vive de un modo ideal, irreal, de ensoñación o quimera. Utopía es un sistema ideal en el que se concibe una sociedad perfecta y justa, donde todo transcurre en armonía y sin generar ningún tipo de conflicto.
El siglo XX acabó con las utopías. Perdimos la fe en ellas. Hitler, Stalin, Mao, Pol Pot, Mussolini… Todos llegaron diciendo que iban a hacer las cosas mucho mejor, pero primero tenían que… Siempre hay un «primero tenemos que», y suele implicar matar a mucha gente. Nunca llegas a la parte buena. Creo que ahora vamos a ver el auge de utopías nuevas, las ecoutopías, que proponen una vida más verde. Mantenga un ojo en Elon Musk.
Margaret Atwood
/ Extracto de la entrevista por Pablo Guimón en El País
Narrativa distópica frente a utópica
En la propia perfección de la utopía existe una conexión directa con la distopía. El estado utópico de la sociedad no genera conflicto, y por ello normalmente estas novelas que presentan un mundo utópico suelen terminar generando un conflicto con esa propia sociedad, de modo que finalmente esa perfección se cuestiona desde la óptica de uno de los personajes o grupo de ellos.

Por ejemplo, se podría considerar que la sociedad representada por Aldous Huxley en Un mundo feliz es utópica y a la vez distópica. Partimos precisamente de ese punto, un mundo en el que no existe sufrimiento, dolor. Donde todo funciona perfectamente, y ante el más mínimo síntoma adverso una simple droga pone solución. Sin embargo, esta perfección se vuelve indeseable por deshumanizar a las personas sacrificando el individualismo y la privacidad en favor de la sociedad, del sistema.
Historia de la novela distópica
Las primeras narrativas de este tipo aparecieron a finales del XIX. Hay dos novelas que son referentes indiscutibles de este género: Un mundo feliz, de Aldous Huxley, y 1984, la más famosa de George Orwell.


Las historias distópicas son una auténtica protesta contra los sistemas de gobierno o ideales sociales extremistas que acaban resultando peligrosos como el fascismo, comunismo, teocracias, el capitalismo, etc. Es una proyección en la que los autores suelen avisar a modo de enseñanza de que en un futuro tal vez podríamos vernos de ese modo.
Tipos de novela distópica / distopías
Política
Suele representar el control social por parte de un estado que oprime, vigila o controla de forma rigurosa a los seres humanos. En este tipo de novelas encontramos grandes ejemplos como 1984 de George Orwell, Nosotros de Yevgueni Zamiatin o La fe de nuestros padres de Philip K. Dick.
Tecnológica o científica
Una revolución causada por un avance científico o por una tecnología muy avanzada que cambia todo lo que concebimos como normalidad, creando un caldo de cultivo excelente para la narrativa distópica. Ejemplos en esta variante son Un mundo feliz de Aldous Huxley o La pianola de Kurt Vonnegut, entre muchos otros libros de este género.
Humorísticas o satíricas
Mundos absurdos, divertidos, en los que los cambios generan situaciones cómicas o satíricas de la propia actualidad. Mercaderes del espacio y su continuación, La guerra de los mercaderes, de Frederik Pohl y Cyril Kornbluth son un ejemplo excelente de este tipo de distopía.
De género
Historias liberadores, de enfoque feminista. Son tendencia gracias a la magnífica obra El cuento de la criada de Margaret Atwood. Le siguen otras novelas como The Power de Naomi Alderman.
Ecológicas
La contaminación, la superpoblación, un mundo en extinción debido al desastre medioambiental, son historias que tratan de hacernos ver el camino de la humanidad, explorando las posibles consecuencias de acabar con nuestro planeta. Todos sobre Zanzibar de John Brunner es un excelente ejemplo de este tipo de novela distópica.
Espaciales o que implican civilizaciones exteriores
Son aquellas en las que la llegada de una civilización exterior a nuestro planeta cambia el orden mundial. Hay infinidad de ejemplos de ficción que juegan con mundos en las que la distopía se autogenera gracias a la imaginación de sus autores.
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